jueves, 30 de enero de 2014

¿Todos pueden tener un blog?

Cuando estaba pensando en tener este blog, y fantaseando sobre lo bacán que sería tenerlo y toda la gente que lo leería, y lo hilarantes que serían mis entradas y lo hermosa que se volvería mi vida, había una pregunta que me frenaba. Me preguntaba si es que yo creía que tener un blog iba a ser una plataforma para hablar de mí misma y mi vida, o si creía, por el contrario, en hacer un blog público, es decir, temático, que permitiera, por así decirlo (así lo decían las voces en mi cabeza), socializarlo.


Lo que pensé después fue que pensar que había un antagonismo irremediable entre lo que podría ser un blog sobre la vida de uno mismo versus uno que tuviese "temas" que fueran entendibles por todos era en un error. Pensé que esa afirmación, que si la pensamos como lo pensaría un materialista histórico clásico, es bien atribuible a una manifestación de la superestructura en la relación con los blogs (y que los blogs personales eran burgueses, y los temáticos, del proletariado), no era tal cosa para mi comprensión. No lo era porque creo que es cierto que cuando uno se adentra en la singularidad, emerge la universalidad: cuando leo un blog que es totalmente encarnado, la vida de una persona contando sus weás, me cuesta poco identificarme. El punto es que espero que la gente diga, cuando lea mi blog:



"Mira, lee esto, esto mismo me pasó a mí."

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